miércoles, mayo 28, 2008

Responso para los poetas muertos del Perú

Acababa de tomar mi lugar de siempre en una cafetería de la Plaza Mayor de Salamanca, cuando leí en la pantalla de mi portátil la noticia de la muerte de Alejandro Romualdo. Según daba cuenta la nota, cuando lo encontraron el poeta del pueblo llevaba tres días muerto en circunstancias aún no aclaradas. Una pena más para la poesía peruana, que en los últimos años lleva varios muertos a cuesta. Haciendo cuentas, desde que yo empecé a trajinar por estos pagos, a inicios de los años noventa, he tenido noticia de la muerte de más de una veintena en los distintos puntos del país. Algunos murieron en el más absoluto abandono –enfermos, viejos o pobres-, otros bajo las estúpidas ruedas de un coche o el suicidio. Hubo de todo en estos duros años para la poesía en el Perú. Pensando en esto, decidí, con cigarrillo al ristre y café en la mesa, hacer un alto en mis lecturas y dedicar la mañana a recordarlos. Va para ellos el responso que Rubén Darío escribió para Paul Verlaine.



Padre y maestro mágico, liróforo celeste
que al instrumento olímpico y a la siringa agreste
diste tu acento encantador;
¡Panida! Pan tú mismo, con coros condujiste
hacia el propíleo sacro que amaba tu alma triste,
¡al son del sistro y del tambor!

Que tu sepulcro cubra de flores Primavera,
que se humedezca el áspero hocico de la fiera
de amor si pasa por allí;
que el fúnebre recinto visite Pan bicorne;
que de sangrientas rosas el fresco abril te adorne
y de claveles de rubí.

Que si posarse quiere sobre la tumba el cuervo,
ahuyenten la negrura del pájaro protervo
el dulce canto de cristal
que Filomela vierta sobre tus tristes huesos,
o la armonía dulce de risas y de besos
de culto oculto y florestal.

Que púberes canéforas te ofrenden el acanto,
que sobre tu sepulcro no se derrame el llanto,
sino rocío, vino, miel:
que el pámpano allí brote, las flores de Citeres,
¡y que se escuchen vagos suspiros de mujeres
bajo un simbólico laurel!

Que si un pastor su pífano bajo el frescor del haya,
en amorosos días, como en Virgilio, ensaya,
tu nombre ponga en la canción;
y que la virgen náyade, cuando ese nombre escuche
con ansias y temores entre las linfas luche,
llena de miedo y de pasión.

De noche, en la montaña, en la negra montaña
de las Visiones, pase gigante sombra extraña,
sombra de un Sátiro espectral;
que ella al centauro adusto con su grandeza asuste;
de una extrahumana flauta la melodía ajuste
a la armonía sideral.

Y huya el tropel equino por la montaña vasta;
tu rostro de ultratumba bañe la Luna casta
de compasiva y blanca luz;
y el Sátiro contemple sobre un lejano monte
una cruz que se eleve cubriendo el horizonte
¡y un resplandor sobre la cruz!

[Responso a Verlaine, de Rubén Darío]


LOS POETAS MUERTOS DEL PERÚ (1990-2008)

Alejandro Romualdo Valle.
Nació en Trujillo el 19 de diciembre 1926. La noche del 27 de mayo de 2008 fue hallado sin vida en su vivienda del distrito limeño de San Isidro.





Juan Ramírez Ruiz.
Nació en Chiclayo en 1946. Durante meses se le dio por desaparecido, hasta que se descubrió que murió arrollado por un bus interprovicial en el norte del Perú, un 19 de enero del 2007.




José Watanabe Varas.
Nació en Laredo, un pequeño pueblo al este de Trujillo, el 17 de marzo de 1945. Murió, luego de una larga y penosa enfermedad, en la ciudad de Lima el 25 de abril de 2007.



Jaime Pablo Guevara Miraval.
Nació el 23 de mayo de 1930. Murió de una penosa enfermedad el 2 de noviembre del 2006.




Jorge Eduardo Eielson.

Nació en Lima, el 13 de abril de 1924. Murió en Milán el 8 de marzo del 2006.




Francisco Bendezú.
Nació en Lima, en 1928. Murió en la misma ciudad el 16 de febrero del 2004.







Javier Sologuren Moreno.

Nació en El Callao, (Perú) el 19 de enero de 1921 . Murió en Lima el 21 de mayo del 2004.




Washington Delgado Tresierra.
Nació en el Cuzco, Perú, el 23 de diciembre de 1927. Murió en Lima el 7 de setiembre del 2003.



Emilio Adolfo Westphalen Milano.
Nació en Lima, el 15 de julio de 1911. Murió enla misma ciudad el 17 de agosto del 2001.



Josemári Recalde Rojas.
Nació en Lima en 1973. Murió trágicamente -se quemó a lo bonzo en su casa- en la misma ciudad el 21 de diciembre del 2000.






Francisco Eduardo Carrillo Espejo.

Nació en el centro de Lima, el 18 de Marzo de 1925. Murió en un accidente automovilístico 13 de octubre de 1999 en la ciudad de Huancayo, Perú.




Juan Vega Moreno.
Nació en Lima el año de 1965. Murió atropellado por un auto en la avenida Wilson en Lima, el año de 1996. En la foto es el segundo de la izquierda en la fila superior.




Carlos Oliva Valenzuela.
Nació en Lima el año de 1960. Murió atropellado por un vehículo de transporte público en la misma ciudad en 1994.

3 comentarios:

Leo Zelada dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Departamento de Literatura de la UNMSM dijo...

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Gonzalo Del Rosario dijo...

WATANABE

ME HUBIERA GUSTADO CONOCERLO

SER SU PATA