Este post está dedicado a dos grupos poéticos peruanos del noventa. El nombre del primero constituye un tropo (antítesis): NOBLE KATERBA, además de sus connotaciones contraculturales (el uso de la letra “K” es muy común entre los punks, por ejemplo). Un buen nombre, digamos, aunque sus integrantes no tengan nada de contraculturales, pero sí de nobles y tal vez, no lo sé, en algún momento hayan podido conformar una caterva (multitud de personas o cosas consideradas en grupo, pero sin concierto, o de poco valor e importancia. Usado en sentido peyorativo [RAE]).
Aparecieron a finales de los años ochenta en la Universidad Federico Villarreal como una suerte de tardío eco del grupo Hora Zero, aunque esto pueda ser una exageración de sus profesores. Y ya sabemos que toda imitación es de mal gusto. Sin embargo, en conjunto, podríamos decir que eran buenos poetas, arriesgados en el uso del lenguaje, conocedores de su tradición, y con un buen par de libros dignos de formar parte de cualquier antología peruana. De pronto, ese fue su problema: era un buen grupo poético peruano. Es decir, marcados por el retraimiento, la mudez, la tristeza y la tonta timidez –o escondida altivez- que ya César Vallejo se encargó de difundir por todo el mundo. Además, como que no iban a tono con una década que empezaba a bombazo limpio, apagones, muertes, lucha armada, represión, huelgas y más huelgas. Tal vez si hubieran sido bohemios a la peruana –es decir, capaces de beber hasta el hartazgo-, más viscerales, más alpinchistas, más descarados para gritar sus poemas más allá de las cuatro esquinas que rodean la Universidad Villarreal –ya sabemos que en el Perú “el que no llora no mama”- hubieran logrado ser no sólo un buen grupo de poetas, sino, acaso, el único digno de mencionar en cualquier historia literaria de los noventas.
Y lo tenían todo: juventud, talento, bellas integrantes, y una pasión indoblegable por la literatura. Sin pecar de exagerado, puedo decir que –como grupo- eran los más dotados intelectual y creativamente de todo aquel mar de poetas jóvenes que inundaron las universidades, centros culturales y bares de Lima. Sin embargo, encerrados en una pequeña y perdida aula de su universidad dejaron que la poesía peruana de esa década transcurra indiferente ante sus versos largos y bien compuesto. Y la década fue despiadada con ellos, casi borrándolos de su historia, recordados sólo por aquellos que alguna vez los escucharon en su pequeña aula universitaria –aula 14-, y los acompañó un par de sesiones, porque no eran tiempos de recitales para amigos, de recitales para nadie. El grupo dejó de ser aquel grupo inicial hacia 1994, más o menos. Algunos perdieron una y otra vez sus poemarios, otros abandonaron la poesía por una página en un diario deportivo, y los más se convirtieron en profesores mal pagados, con libros mal editados a su coste y riesgo. Sólo uno de ellos –la que abandonó primero el barco- logro escribir, publicar y promocionar debidamente uno de esos libros –del grupo- que podrían integrar el índex de la poesía –versión femenina- peruana de los noventa sin que nadie levante la ceja –común en los corrillos literarios limeños. Mención honrosa para un grupo que debió llevarse el primer premio, vaya final.
El segundo grupo nació de un error, y, como sabemos, lo que mal empieza mal acaba. “Bubu” era un dirigente estudiantil de la FUSM a inicios de los noventa y, siendo el flamante secretario de cultura, no se le ocurrió nada mejor para empezar su gestión que realizar un congreso de literatura. Pero “Bubu”, como buen estudiante de sociología, sabía poco, casi nada o simplemente nada ni del tema ni de literatura. Su conocimiento de la cultura comenzaba y terminaba en su grupo folklórico Ñawpamachu, donde tocaba el bombo. Así que, intentando pensar como sociólogo, decidió hacer trabajo de campo y se fue a la Facultad de Letras en busca de estudiantes de literatura que le ayudaran en su empresa. Investigando el asunto –o sea, preguntando a cualquier estudiante que se pasee con un libro en la mano por el Patio de Letras- esa mañana se encontró con un personaje que ni era estudiante de literatura, ni siquiera estudiante matriculado, sino un “alumno libre” al que acababan de prohibirle la entrada a una clase por “carecer de nivel universitario”, o sea, por interrumpir las clases con preguntas, digamos, “fuera de contexto”, y que “Bubu” por verlo con un libro de Rimbaud bajo el brazo confundió con un eximio estudiante de literatura y le propuso realizar su bendito congreso, que al final se llamó “I Encuentro de poesía peruana”. De ese error surgió el Grupo Neón.
Me explico, al falso estudiante de literatura, convertido en el lapso de los cinco minutos que duró su conversación con “Bubu” en el mejor alumno de su promoción por leer a Rimbaud y recitarlo como si se tratara de un vals de Lucha Reyes, poeta joven –jovencísimo porque acababa de nacer- y líder de un grupo que aún carecía de nombre, “Bubu”, no sé si por dejarle el trabajo duro a otro y quedarse con buena parte de los fondos que la FUSM le había prometido para ese evento o, puede ser, porque sucumbió –como muchos, según veremos más adelante- a la consabida labia peruana del susodicho, terminó encargándole organizar la parte “académica” del asunto. Por la tarde, aquel falso estudiante fue en busca de verdaderos estudiantes de literatura y convenció a tres de ellos –buenos estudiantes y poetas en ciernes-, no sólo de organizar la actividad, sino también de formar un grupo. Esa misma noche se fueron al centro de Lima en busca de "inspiración" para el nombre. A las dos de la mañana, ebrios de licor, sueños, pero sin nombre para el grupo, abandonaron el último bar. Caminaron varias calles dando tumbos entre la basura, los coches mal estacionados y niños que se drogaban con Terokal. En la avenida Wilson dos abordaron sus buses y se fueron a casa. Se quedó el falso estudiante y otro que, a pesar de tener más de treinta años, eran el más novato de todos. Precisamente éste, a poco de continuar su ruta hacia el Paseo Colón, se acercó a un árbol para orinar. Entonces el falso estudiante le gritó: “Oe, no seas meón”. El otro volteó, y dijo: “¿Cómo?, ¿neón?, ¿neón?... neón, ¡Neón!”. Y de ese segundo error prostático surgió el nombre. Lo que siguió después es más o menos conocido gracias a la autopromoción de los fundadores, re-fundadores y re-re-fundadores que tuvo este grupo en su accidentada existencia: realizaron el “Encuentro de poesía” como un grupo –apadrinados por Enrique Verástegui- y se disolvieron la misma tarde que terminó el evento; el falso estudiante volvió a fundarlo incorporando a otros poetas; unos meses después, antes de su eminente disolución, el falso estudiante volvió a incorporar nuevos poetas, evitando el cisma; y así, hasta conformar un año después una variopinta fauna de gente de toda estirpe y calaña: surrealistas, indigenistas, coloquiales, sociales, existenciales, marxistas, católicos, monárquicos, puristas, anarquistas, medianamente cultos, totalmente incultos, tímidos, excéntricos, machistas, homosexuales, lesbianas, simplemente imbéciles o alguno que otro con verdadero espíritu de poeta: todo un museo posmoderno o una de esas comidas de siete sabores que se sirve en las carretillas de la Avenida Abancay, como prefieran verlo.
En realidad, lo que logró conformar el falso estudiante de literatura -¡con un solo poema de apenas veinte versos!- nunca fue un grupo poético, sino una suerte de pasarela con luces de neón por donde desfiló el que quiso y como quiso, un maratón de gente ansiosa por salir del anonimato, un carrusel de poetas sin poemas, o sea, como grupo: NADA. La verdad todo terminó mal, incluso para el mismo “Bubu”, quien años después fue incluido en la lista negra del régimen de Fujimori y tuvo que exiliarse en Chile –llevándose unos tapetes hechos por los presos políticos, según algunos de sus camaradas-; el poeta de más talento de Neón –Carlos Oliva- murió hacia 1994 en completo abandono, sin dejar una obra sólida, salvo un manojo de poemas mal editados por el propulsor del vedetismo del grupo –Paolo de Lima-; y la única carta poéticamente “decente” del grupo –Miguel Ildefonso- logró algunos buenos libros precisamente cuando se distanció de Neón, es decir, cuando dejó la farándula y se exilió unos años en Estados Unidos; lo mismo ocurrió con otros que, o bien se distanciaron tempranamente y continuaron su carrera literaria con relativo éxito –como Selenco Vega-, o simplemente en algún tramo del recorrido de Neón giraron en otro sentido y se fueron a casa a escribir su poemario –como Isabel Matta; del resto hay muy poco qué decir, salvo que han engordado, mantienen una familia o empresas, y que de vez en cuando, si amerita poner en el curriculum alguna actividad cultural, mencionan su pasado en Neón. El único que ganó “algo” de todo esto fue el que verdaderamente no tenía nada: no era estudiante de literatura, no tenía poemas, no tenía talento. Sin embargo, se las arregló para ser la ÚNICA cara visible del grupo todo el tiempo que éste duró, haciendo que el resto tontamente trabajara para él. Gracias a eso logró ser incluido en antologías; invitado a recitales; ser la voz parlante de una generación ante sociólogos a los que les importaba un rábano la poesía y sólo estaban en busca de alguna rareza social; y hacerse del nombre de “poeta del Perú, fundador del grupo más emblemático de los noventas”.
En realidad, lo que logró conformar el falso estudiante de literatura -¡con un solo poema de apenas veinte versos!- nunca fue un grupo poético, sino una suerte de pasarela con luces de neón por donde desfiló el que quiso y como quiso, un maratón de gente ansiosa por salir del anonimato, un carrusel de poetas sin poemas, o sea, como grupo: NADA. La verdad todo terminó mal, incluso para el mismo “Bubu”, quien años después fue incluido en la lista negra del régimen de Fujimori y tuvo que exiliarse en Chile –llevándose unos tapetes hechos por los presos políticos, según algunos de sus camaradas-; el poeta de más talento de Neón –Carlos Oliva- murió hacia 1994 en completo abandono, sin dejar una obra sólida, salvo un manojo de poemas mal editados por el propulsor del vedetismo del grupo –Paolo de Lima-; y la única carta poéticamente “decente” del grupo –Miguel Ildefonso- logró algunos buenos libros precisamente cuando se distanció de Neón, es decir, cuando dejó la farándula y se exilió unos años en Estados Unidos; lo mismo ocurrió con otros que, o bien se distanciaron tempranamente y continuaron su carrera literaria con relativo éxito –como Selenco Vega-, o simplemente en algún tramo del recorrido de Neón giraron en otro sentido y se fueron a casa a escribir su poemario –como Isabel Matta; del resto hay muy poco qué decir, salvo que han engordado, mantienen una familia o empresas, y que de vez en cuando, si amerita poner en el curriculum alguna actividad cultural, mencionan su pasado en Neón. El único que ganó “algo” de todo esto fue el que verdaderamente no tenía nada: no era estudiante de literatura, no tenía poemas, no tenía talento. Sin embargo, se las arregló para ser la ÚNICA cara visible del grupo todo el tiempo que éste duró, haciendo que el resto tontamente trabajara para él. Gracias a eso logró ser incluido en antologías; invitado a recitales; ser la voz parlante de una generación ante sociólogos a los que les importaba un rábano la poesía y sólo estaban en busca de alguna rareza social; y hacerse del nombre de “poeta del Perú, fundador del grupo más emblemático de los noventas”.
Finalmente, agotada toda la ingenuidad de que es posible un peruano –que lo veía como poeta representativo-, en bloque le dieron la espalda, cerrándole el paso hasta en los peores bares del centro de Lima. Sin más opción, llevado por el puro instinto de sobrevivencia, viajó a realizar su sueño latinoamericano en Madrid, donde, entre españoles ingenuos, malos poetas, resentidos con su país, o, simplemente, gente que desprecia al Perú y su poesía, logró ser ungido “representante peruano” en recitales, congresos y ferias de libros, con el único propósito de burlarse de la poesía peruana. Obviamente, su final es predecible: cuando se cansen del bufón comenzarán a buscarse otro, y si cae por allí algún neosurrealista o patafísico peruano, seguro le quitará el cupo de “rareza sudaka” que ahora ocupa.
Triste y muy peruano final para estos grupos a los que, como colofón, les dedico una de las frases con que el fallecido poeta Pablo Guevara -¡cuánto se te extraña!- solía terminar rojo de indignación alguna de nuestra conversaciones sobre poesía peruana: “Perú no es tierra de poetas, sino de cojudos y pendejos metidos de poetas”.
Fotos: [1] Jhonny Barbieri, Leoncio Luque, Pedro Perales, Iván Segura y Roxana Crisólogo; [2] Manuel Cadenas; [3] Barbieri y Crisólogo; [4] Juan Vega, Paolo de Lima, NN, Hécto Ñaupari y Rubén Grajeda; [5] Carlos Oliva; [6] Miguel Ildefonso; [7] Rubén Grajeda.
18 comentarios:
Hola Carlos:
No estoy muy de acuerdo con que Noble Katerba haya llegado a su fin, pero sí lo de Neón, ya era tiempo de que se desemascara a Leo Zelada y sus compinches. A propósito, es verdad que Leo Zelada era del MRTA o también es puro verso?
Carlos,leo se ha vendido a la extrema derecha xenofoba, en esta web veras como difunden su firma de libros en la pagina oficial de la falange española:
http://la-falange.mforos.com/710850/7631053-escritor-peruano-leo-zelada-firmara-libros-en-la-feria-del-libro-de-madrid/
antoni0pujante dijo
Excelente!!
Salud
11 Junio 2008, 20:50
Anónimo veneciano dijo
Muy buena crónica, Carlos.
Yo también, en los remotos noventa, recorrí los bares de Lima con gente de Neón. Puedo dar fe de la conducta arribista de Grajeda, solo superada por su falta de talento. Recuerdo que algunos lo llamaban Pajarraco, otros Platanito o El gato con botas. También conocí a Carlos Oliva, el mejor de Neón, lejos.
Manuel Cadenas dijo
Excelente crónica, de una honestidad que no es común en quienes han hecho de la literatura un oficio y han sido, para bien o para mal, testigos de una época. Desde luego quienes de alguna manera hemos sido aludidos como grupo podemos disentir o no de tus apreciaciones, pero al menos en lo que a Noble Katerba se refiere, me parece que hasta el momento es el comentario más certero y justo. En efecto, fue un grupo con un gran potencial que mereció mejor destino y necesitó una capacidad de proyección mayor; se pueden esbozar mil explicaciones, creo que junto a los coches bombas, apagones, muertes, "lucha armada" (crímenes y asesinatos no deben tener eufemismos acomodaticios) y las huelgas de la Lima de finales de los ochenta también hubo desazón, hartazgo, desesperanza, miedo y otras formas de encarar el dolor de esos días que no fuera necesariamente la vocación beoda a la que haces referencia (que, dicho sea de paso, creo que no conoces, y que además es lo menos contracultural que puedo conocer a estas alturas... y a esas de los 80 también). Pero sonarían a pretextos, a justificaciones para un proyecto trunco, que, como dices, se conformó con la mención honrosa en lugar del primer puesto (aunque la metáfora también tenga nada de contracultural). La verdad sea dicha, Noble Katerba fue eso: la noble intención a que la poesía no muera de inanición en una época plagada de poses insustanciales, pero las nobles intenciones también tienen su lugar en el empedrado infernal. No diría, sin embargo, que escribir en las páginas deportivas de un diario signifique abandonar la poesía: en ese caso, habrían más desertores que poetas. Por todo eso, Carlos, celebro tus comentarios. Quizás otros Noble Katerba sean más sentimentales que yo y pongan el grito en el cielo. Yo creo que has sido muy preciso. Eso sí: TODAVÍA NADA ESTÁ DICHO, y sería interesante que también puedas conocer lo que hemos seguido escribiendo en estos años. Porque más allá de los ruidos que se puedan hacer para conseguir la atención de las argollas literarias que gobiernan el pequeño mundillo de las letras peruanas, la poesía está hecha de eso: de poesía, de versos. En este caso, versos son amores, como los goles. Un fuerte abrazo.
Manuel Cadenas Mujica
17 Junio 2008, 06:05
Manuel Cadenas Mujica dijo
Otrosidigo, Carlitos: Esa foto mía con barba y copa de pisco supongo que la conseguiste en mi blog: http://blogs.periodistadigital.com/puraletra.php (gracias por el cherry). Estemos en contacto: manuel.cadenas@gmail.com. Un abrazo.
17 Junio 2008, 06:12
Hola Manuel:
Me alegra saber que para los Noble Katerba TODAVÍA NADA ESTA DICHO. Y me alegrará más saber que, como Grupo, sigan más vigentes que nunca. Y claro, puede que alguno de sus integrantes se incomode con mi nota, pero ya sabes, "al que le caiga el guante que se lo chante". Un abrazo también desde Salamanca, Manuel.
17 Junio 2008, 08:50
ARTURO dijo
noble katerba es uno de los grupos mas extraños de los 90, quizas la expresion de la crisis de esa decada? decada en que todo de por si parecia muy extraño.
mucho se habla de >Neon, grupo que es como dice el dicho: mucho ruido pocas nueces
mas alla de un par de fuguras malditas no tiene nada que ofrecer mas si mucho que inventar a su alrededor
Carlos no estoy de acuerdo contigo cuando dices que NK tenia una posicion como grupo, miremos el caso de roxana crisologo, cuya poesia y posicion personal no tuvo nada que ver con la de los demas integrantes del grupo. su paso por el grupo fue efimero y como bien dices fue la primera en abandonar el barco. que hacia una chica como ella en un grupo asi?
leyendo uno de los comentarios entiendo que Nk sigue activo? hay una segunda etapa de noble katerba?
17 Junio 2008, 18:57
Johnny Barbieri dijo
Bueno, Carlos, saludos por dedicarle algunas líneas a la poesía de los 90s, pero creo que hay que aclarar algunas imprecisiones, primero, Noble Katerba surgió el año 90 cuando estábamos saliendo de las aulas de la Villarreal, lo que tú gozaste, como alumno que eras en aquella época, fueron las actividades que hicimos como Neo Babel, Estigma o Mural (grupos que luego se fusionarán para formar NK) que sí lo hicimos en el aula 4 o alrededores. Segundo no creo que estuvimos marcados por ningún tipo de retraimiento o tonta timidez como piensas, lo que pasa es que no queríamos que se nos considere dentro de ese holladero que algunos promotores de recitales se extremaban en lustrar, me refiero a ser contestatarios, irreverentes (para estar a tono con la década), bohemios a la peruana –como dices, porque lo sentíamos falso, mediático, insustancial, eso lo dejamos a los poetas que nos antecedieron generacionalmente. Tercero, la década jamás ha sido despiadada con nosotros, lo han sido los farfulleros que sólo tienen ojos para sus amigotes, los mezquinos que te cierran puertas y ventanas a fin de agarrar, en ese absurdo cupo a la trascendencia, una insignificante porción de pan, que a nosotros jamás nos preocupó. Nuestra voz no la callamos, si bien es cierto nos ganó muchas veces la desavenencia, el hartazgo, dijimos lo que teníamos que decir, ahí está la revista de NK (Nº 4), las entrevistas colgadas en la red, los recitales que fueron muchos, nuestra propia actitud frente a lo que no nos gustaba, etc, lo que pasa es que hay que tener los adecuados ojos para ver y oídos para oír.
Un abrazo a la distancia
Johnny Barbieri
18 Junio 2008, 17:39
Manuel Cadenas dijo
No me retracto en considerar la crónica de Carlos como excelente y honesta, porque lo es desde su perspectiva, desde lo que cree y recuerda, a diferencia de tantos que simplemente hacen la vista gorda o comentan lo que ni siquiera conocieron, haciendo eco a leyendas y dejándose llevar por prejuicios argolleros. Hice la salvedad de que desde luego tendríamos que disentir en varios aspectos, cosa que ya ha hecho Johnny con muchísima precisión, sobre todo en cuestión de épocas: tiene razón en decir que aquello que Carlos reseña se refiere a una época anterior a Noble Katerba.
Alan Morales, en una carta al grupo, señala algunos detalles más que es necesario comentar: "Otra de Carlitos. ¿Cómo es posible que la 'fama' de NK dependiera de la cantidad de licor, el recorrido por los huariques de Quilca y poner 'coche-bomba' en algún verso? Para jugar a los 'poetas malditos' estaban los de Neón, creo yo. Es más, si éramos una copia de Hora Zero o si ese grupo era nuestro norte, ¿por qué fuimos tan castos y tímidos? Alguito más, ¿es cierto que nos faltó compromiso social? Pero, ¿quién tuvo los huevos suficientes para fijar posición? Habría que recordar que algunos de nosotros les propusimos a varios 'poetas' de Quilca realizar un recital en ocasión del amañado referéndum de Fujimori. El recital se iba a llamar 'Poetas por el NO' y nuestros amiguitos de Quilca, esos que según Carlitos García les sobran noches de Queirolo y las Rejas, arrugaron más que acordeón en tono de tangos".
Por lo visto, hay muchos guantes que chantarse dentro y fuera de NK.
18 Junio 2008, 20:45
Anónimo dijo
Ignoraba que entre alguna gente de Noble Katerba existiese roces y pullas. Tranquilos, Johnny y Manuel, no tienen por qué andarse con cosas. Recuerden que ya lo pasado, pasado...
18 Junio 2008, 23:08
Anónimo dijo
Muy Buenas a todos:
Al anonimo de 18 de junio a las 23:08: No hay que ser tan exagerados: en Nk, desde el principio, siempre ha habido pluralidad y siempre discutiamos abiertamiente de lo que no estabamos de acuerdo.
Siempre ha habido pluralidad y respeto de nuestras diferencias y opiniones.
No hay que ser candelero; eso no sirve aqui.
19 Junio 2008, 08:19
Anónimo dijo
Y qué dice Neón: Nada, porque su poesía siempre estuvo en nada, escuchando su desentonada voz...
19 Junio 2008, 10:54
Hola Johnny:
No sé si te has dado cuenta, pero cada uno de tus argumentos refuerza la idea de que Noble Katerba fue un buen grupo poético peruano en los años noventa, y eso fue su fuerza pero también su debilidad ante lectores fáciles de impresionar, gente que gusta de la poesía como espectáculo y, sobre todo, peruanos que tratan de mantenerse lo más lejos posible de los poetas muy "peruanos". No es mi caso, por supuesto, pero no somos muchos, ni tampoco dominamos los medios académicos ni de comunicación ni los circuitos culturosos de Lima ni el universo bloggero del internet. Friega decirlo pero la realidad es demasidado dura como para meterla en un cajón y olvidarse del asunto. Mira sino cómo terminan la mayoría de poetas peruanos que quisieron hacer poesía en el Perú, aquellos con concuerdan punto por punto con tus argumentos, y compáralos con los que optan por lo contrario -irse del país, cambiarse de nacionalidad, dejarse seducir por la farándula, y promover la mediocridad en todos lo niveles- y ya me dirás lo que resulta.
Ustedes conformaron un buen grupo poético Johnny, y, según va la historia de la poesía de esa década, eso ya puede considerarse más que suficiente.
Saludos,
Carlos
Hola Alan:
Que gusto saber que existes en estos pagos poéticos del señor después de tantos años. Lo último que leí de ti fue una nota en el "Bocón", nada poéticas por cierto. Espero que sigas visitando estos predios -aunque sea de contrabando como ahora que has sido citado por Manuel. Si gustas, puedes enviarnos un poema, de esos largos y bien compuesto que escribías para los cuatro gatos que frecuentaban el aula 4 en la Villarreal.
Saludos
Carlos
19 Junio 2008, 13:38
Arturo dijo
hablar de neon, de noble katerba de cualquier otro grupo de los 90 me parece INUTIL. mejor hablar de poetas, cuantos destacaron de Neon? sin duda y de lejos Miguel Ildefonso, y de noble katerba? tampoco me queda duda que Roxana Crisologo es que ha llegado mas lejos que los integrantes de su ex grupo. por que insistir en la relevancia de los grupos ni uno ni otro como tales aportaron nada nuevo. por ejemplo rodriguez-gaona ni victoria guerrero, voces importantes de los 90 no estuvieron en ningun grupo, lo mismo que lorenzo helguero y monserrat alvarez
19 Junio 2008, 23:43
Anónimo dijo
Ya este post parece un espacio privado de la gente de NK. A mí me gustaría escuchar la voz de Leo Zelada. Después de todo, C. García se refiere al grupo fundado (y fundido) por él.
Leoncio Luque Ccota dijo
¿Què trascendecia buscamos los poetas, la popularidad, la vedeterìa, estilo de quièn grita màs en un trasnochado y harto conocido pose de malditismo para levantar lo que no es, o trabajar con la palabra?
Hay muchos poetas que han trascendido con lo primero.
Nosotros escogimos lo segundo. No sè si la trascendencia a travès de la argolla, sea màs importante, que traicionar tu vida. A pesar de la direccionalidad mediàtica de los manifiestos, que pululaban por ahi. La verdad en la dècada de los noventa se nos vendiò la idea de que para trascender habìa que estar con la moda que nos dejò Hora Zero y Kloaka, caso contrario, no pasaba nada. Y quienes pregonaban esto, eran los poetas que habìan vivido una experiencia alejada de estos grupos, que promocionaban a los jòvenes poetas de los noventa. Pero nada de aquello, estaba dentro del espiritu emocional y creativo de los integrantes de Noble Katerba, esto no significaba menospreciar la actitud de HZ y Kloaka, pero sus actitudes correspondìan a otro contexto polìtico y social y la nuestra otra. Bueno otros adoptaron, la pose de liquidar y de gritar, que mueran los viejos, para llamar la atenciòn, cuando algunos integrantes de Hora Zero se presentaban en un local de Jr. Quilca, llamado La Reja, actitudes que no correspondìa a la nuestra.
Yo me acuerdo el caso del recital que se habìa organizado en la Biblioteca Nacional del Perù por Toro Montalvo y Gustavo Armijos, al cual no asistimos porque no estàbamos de acuerdo, con estos recitales masificados que a nada llevaba. Hablamos de los años 91 y 92 època muy convulsa que nos tocò vivir, donde a cada integrante le tocò vivir indistintamente; en el caso mìo, ser parte de un movimiento sindical que fue liquidada, encerrado muchos de sus integrantes en las càrceles, señalado de ser de sendero, cuando no lo eran, pero quien hacìa entender esto al gobierno de turno.
Noble Katerba tiene varias fases y varios procesos. La muestra màs clara de la propuesta poètica esta en la antologìa que publicamos el año 2007, en la Feria de Libro de Lima, titulado: PERSISTENCIA VITAL: NOBLE KATERBA, y leer ademàs, los màs de veinte libros publicados por esta agrupaciòn. Sino de què hablamos?
Las cosa no estàn dichas, aùn.
Leoncio
22 Junio 2008, 00:08
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